Cómo cultivar menta en interiores y exteriores

por Jack Grover
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Tiempo de lectura: 14 min ¿Prefiere escuchar?

¿Te gusta el delicioso y vigorizante sabor de la menta? Con las herramientas y los conocimientos adecuados, puedes tener un suministro interminable de esta hierba al alcance de la mano.

Fresca, aromática y versátil, la menta es una hierba esencial que todo aspirante a jardinero debe tener en su arsenal. Desde añadir un toque refrescante a bebidas y postres hasta aromatizar platos salados e incluso repeler plagas, la menta es una auténtica superestrella del mundo de las hierbas.

Tanto si cultivas menta en interior como en exterior, este artículo te proporcionará los pasos necesarios para tener éxito. Así que, arremángate, coge tus herramientas de jardinería, ¡y sumerjámonos en el maravilloso mundo del cultivo de la menta!

Puntos clave:

  • Para que tus plantas de menta se mantengan sanas y fuertes, tendrás que regarlas y podarlas adecuadamente. Esto ayudará a ahuyentar plagas y enfermedades.
  • Si cultivas menta en interior, asegúrate de que la maceta tenga un buen drenaje y de que la planta reciba mucha luz.
  • Si la cultivas al aire libre, elige una zona con mucha luz solar y un suelo que drene bien.

Presentación de la menta

La menta es una hierba aromática de la familia de la menta, originaria de muchas partes del mundo. Tiene más de 25 especies, entre ellas la menta piperita y la menta verde, y se utiliza mucho para dar sabor a comidas y bebidas.

Tanto si decides cultivarla en interior como en exterior, la menta puede añadir una refrescante explosión de sabor a tus platos y bebidas. ¡Es perfecta para dar sabor a tus aventuras culinarias!

Usos de la menta

La menta es una hierba versátil con diversas aplicaciones culinarias y medicinales. Su sabor distintivo añade un elemento sutil y refrescante a platos como ensaladas, sopas y postres. También es un ingrediente popular en las infusiones, pues tiene un efecto calmante sobre el cuerpo y la mente.

Más allá de sus usos culinarios, la menta tiene numerosos beneficios para la salud. Puede mejorar la digestión calmando la indigestión y reduciendo la hinchazón. También tiene propiedades que pueden ayudar a mejorar la función cerebral y la retención de la memoria.

Además, su fuerte aroma ayuda a enmascarar el mal aliento, por lo que es un ingrediente excelente para productos de higiene bucal como la pasta de dientes y el enjuague bucal.

Tanto si buscas añadir sabor a tu cocina como potenciar tu bienestar general, la menta es una hierba que merece la pena explorar más a fondo. Con sus múltiples usos culinarios y medicinales, es seguro que aportará un refrescante complemento a tus comidas y a tu salud en general.

Cultivar menta en interior o exterior

Si empiezas en interior, siembra las semillas entre 8 y 10 semanas antes de la última helada de tu zona. Plántalas a 1,5 cm de profundidad y cúbrelas ligeramente con tierra. Asegúrate de mantener la tierra húmeda y una temperatura de unos 21,11 °C (70 °F). En 7-14 días, verás germinar las semillas de menta.

Cuando haya pasado el peligro de heladas, puedes trasplantar las plántulas a macetas en el interior o en el exterior.

La siembra en el exterior debe esperar hasta después de la fecha de la última helada en tu región. Sigue pasos similares para la siembra y el riego. Despunta las plántulas cuando tengan tres o cuatro hojas verdaderas, dejando unos 45 cm entre cada planta.

Tanto en interior como en exterior, cultivar menta es un proceso delicioso. Con los cuidados y la atención adecuados, tus plantas proporcionarán una hierba aromática para disfrutar en tus recetas favoritas.

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Compra y trasplante

Cuando compres plantas de menta, busca ejemplares vibrantes y sanos, con hojas verdes y tallos robustos.

Evita las plantas que tengan las hojas marchitas o amarillentas, pues podría ser un signo de mala salud. Examina el sistema radicular de la planta para asegurarte de que está bien desarrollado y no está abarrotado en su maceta.

Una vez seleccionada tu planta de menta, es hora de trasplantarla a su nuevo hogar. Tanto si la cultivas en interior como en exterior, asegúrate de que la tierra drena bien y es rica en materia orgánica.

Saca con cuidado la planta de su recipiente y colócala en una maceta más grande o directamente en el suelo. Asegúrate de que las raíces queden enterradas y cubiertas de tierra. Riégala a fondo tras el trasplante y continúa proporcionándole humedad regularmente, según sea necesario.

Mantén la tierra húmeda y dale mucha luz solar o artificial, según dónde decidas cultivarla. Comprueba regularmente si las hojas presentan signos de marchitamiento o amarilleamiento, y ajusta tu rutina de cuidados en consecuencia.

Cultivar menta en macetas, arriates elevados y jardines enterrados

Cultivar menta en macetas, arriates elevados y jardines enterrados es relativamente fácil. He aquí algunos consejos para garantizar una buena cosecha:

  • Cuando plantes menta en macetas aisladas, elige macetas con una superficie amplia en lugar de tierra profunda. La menta tiene raíces tuneladoras que se extienden horizontalmente, por lo que es mejor una maceta ancha. Para evitar que las raíces invadan otras plantas, coloca una barrera alrededor del recipiente.
  • Si prefieres cultivar la menta en el suelo o en un arriate elevado, entierra una barrera alrededor de la planta para contener su crecimiento. Esto ayudará a evitar que las raíces se extiendan. Durante el invierno, utiliza macetas ligeras que puedan llevarse fácilmente al interior.
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Tierra y nutrientes

Cultivar menta es mucho más fácil de lo que crees. Con un suelo rico que drene bien y los nutrientes orgánicos adecuados, tus plantas prosperarán en poco tiempo.

En cuanto a la tierra, las plantas de menta prefieren una mezcla rica en materia orgánica y que drene bien. Para quienes tengan jardines enterrados, añadir materia orgánica y compost bien descompuesto a la tierra dará a tus plantas el alimento que necesitan para mantenerse sanas y fuertes. Si plantas en macetas, asegúrate de utilizar tierra de primera calidad para garantizar un drenaje adecuado.

Abonar tus plantas de menta también es una parte importante del proceso. Por lo general, no necesitan mucho abono, así que lo mejor es darles un fertilizante orgánico de liberación lenta una vez al año, cuando salen del letargo o en el momento de la plantación inicial. Sin embargo, ten cuidado de no abonar en exceso, ya que esto puede hacer que tus plantas se vuelvan larguiruchas o incluso se mueran.

Agua y poda

Las plantas de menta son vibrantes y sabrosas, pero requieren algunos cuidados especiales para que sigan prosperando.

Riega tus plantas de menta con regularidad, pero sin excederte. Procura regar unos dos centímetros cada semana y hazlo por la mañana, para que la planta tenga tiempo de secarse antes de que anochezca. Esto ayudará a prevenir cualquier enfermedad que pueda causar un suelo demasiado empapado.

La poda también es importante para mantener sanas las plantas de menta. Simplemente recorta la parte superior de las plantas con regularidad. Esto fomentará el crecimiento y evitará que se vuelvan leñosas.

Si cultivas menta en el exterior, asegúrate de podarla enérgicamente al final de la temporada de crecimiento o durante el reposo vegetativo en climas cálidos o fríos.

Además, puedes plantar la menta en una maceta y dejar que florezca. Esto atraerá a polinizadores como las abejas melíferas, que utilizan su néctar para producir miel.

Plagas y enfermedades

Las plantas de menta son vulnerables a plagas y enfermedades como la roya, la mancha foliar y el oídio. La mejor forma de mantener tus plantas de menta sanas y sin plagas es ser proactivo. La poda y la inspección periódicas de tus plantas son fundamentales.

Cuando inspecciones las plantas, busca cualquier plaga de insectos y elimínala a mano o con un chorro fuerte de agua. Las hojas enfermas deben retirarse rápidamente y eliminarse individualmente para evitar la propagación de enfermedades.

La roya, la mancha foliar y el oídio pueden afectar tanto a las plantas de menta de interior como a las de exterior. Para proteger tus plantas, es importante mantenerse alerta y tomar medidas proactivas. De este modo, te asegurarás de que tus plantas de menta se mantengan fuertes y sanas durante todo el año.

Variedades de menta recomendadas

A la hora de elegir variedades de menta para tus jardines de interior y exterior, tendrás mucho donde elegir.

Menta piperita (Mentha x Piperita)

Conocida por su fuerte sabor mentolado, la menta piperita es una elección clásica tanto para usos culinarios como medicinales. Sus hojas de color verde oscuro añaden un toque de frescor a bebidas y postres, y también tiene propiedades naturales repelentes de plagas.

Menta verde (Mentha spicata)

Con un sabor más suave que el de la menta piperita, la hierbabuena es una opción versátil que puede utilizarse en una gran variedad de platos y bebidas. Suele utilizarse en cócteles, tés y salsas por su sabor y aroma refrescantes.

Menta chocolateada (Mentha x piperita f. citrata ‘Chocolate’)

Con su rico aroma a chocolate, es perfecta para aromatizar helados, galletas y chocolate caliente. Sus hojas verdes y marrones añaden un toque de belleza decorativa a tu jardín.

Menta piña (Mentha suaveolens ‘Variegata’)

Esta variedad tiene un delicado aroma a piña, que añade un toque tropical a tus creaciones culinarias. Sus hojas verdes y moteadas de crema son una atractiva adición a tu jardín de hierbas.

Menta de manzana (Mentha suaveolens)

Conocida por su aroma afrutado, la menta manzana es una elección popular para tés y ensaladas. Sus hojas verde pálido y sus delicadas flores blancas dan un aspecto refrescante a tu jardín.

Cosecha de la menta

Cosechar menta es un proceso fácil y gratificante. Tanto si la cultivas en interior como en exterior, cosecharla con regularidad te ayudará a garantizar el mejor sabor en tus platos y bebidas.

Si cultivas menta en interior, puedes empezar a recolectar hojas individuales cuando alcancen la madurez. Es mejor seleccionar las hojas más jóvenes, ya que suelen tener un sabor más intenso que las más viejas.

Si piensas secar la menta, se recomienda cortar toda la planta antes de que florezca. Este proceso funciona bien tanto en cultivos de interior como de exterior.

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Conclusión

Cultivar menta es una experiencia fácil y gratificante. Con una gama de sabores entre los que elegir, puedes animar tu cocina o preparar un té vigorizante. Tanto si decides cultivarla en interior como en exterior, la menta es una hierba increíblemente resistente que necesita pocos cuidados.

Así que reserva un espacio para la menta en tu jardín, maceta o alféizar, y observa cómo florece. Con un poco de cuidado y atención, tendrás un abundante suministro de menta para realzar tus platos, deleitar tus sentidos e impresionar a tus amigos y familiares. ¡Feliz cultivo de menta!

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