Cómo cosechar, curar y almacenar cebollas

por Jack Grover
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Las cebollas suelen ocupar un lugar central en nuestros quehaceres culinarios, y su sabor realza nuestros platos favoritos más que ninguna otra hortaliza. Más que simples alimentos básicos de cocina, las cebollas son también amistosas compañeras de jardín: fáciles de cultivar y versátiles en su uso.

Pero la cuestión de cuándo cosechar cebollas suele estar sujeta a si las prefieres como cebollas tiernas de verdeo o deseas almacenarlas para futuras aventuras culinarias.

El almacenamiento adecuado de las cebollas empieza con la selección estratégica de la variedad, seguida de la recolección en el momento adecuado, el curado meticuloso y el almacenamiento cuidadoso en condiciones óptimas. Esta guía desvela los misterios de estos procesos, garantizando que tu cosecha de cebollas siga siendo un sabroso complemento de tus comidas durante meses y meses.

¿Cuándo están listas las cebollas para la cosecha?

Saber cuándo están listas las cebollas para ser arrancadas de la tierra es crucial. Normalmente, las cebollas tardan entre tres y cuatro meses en alcanzar la madurez.

Si bien es cierto que todas las cebollas globo siguen un calendario similar para estar listas para la cosecha, hay signos clave a los que debes prestar atención para asegurarte de que las recoges en el momento perfecto. A mediados de verano suele ser cuando los bulbos empiezan a engordar, y las cebollas individuales pueden recolectarse según sea necesario.

Más información: ¿Cuántas cebollas crecen de un bulbo?

¿Pero cómo sabes cuándo está lista toda la cosecha? Hay tres señales inequívocas:

  • las puntas se caen
  • los cuellos se ablandan
  • las hojas se vuelven amarillas o marrones.

El indicador clave de que tus cebollas están maduras para la cosecha es la caída de la parte superior. Una vez que se vuelven marrones y se caen de forma natural, es una señal clara de que las cebollas han dejado de crecer y están listas para la cosecha.

Este cambio no es un signo de putrefacción, sino una progresión natural en el ciclo vital de la cebolla. Es una indicación de que tus cebollas han alcanzado la madurez y están listas para ser cosechadas.

Sin embargo, no precipites este proceso. Es importante que las cebollas alcancen todo su potencial antes de cosecharlas. Si las sumidades aún no se han caído, pero te acercas a la marca de los cuatro meses, dóblalas tú mismo con cuidado. Esto acelerará el proceso de maduración y permitirá una cosecha completa en una o dos semanas.

Una vez que los signos de madurez se hacen evidentes, es esencial cosechar las cebollas rápidamente para preservar su calidad y aumentar su potencial de almacenamiento.

Cosechar cebollas de tu huerto

Cosechar cebollas es algo más que arrancarlas de la tierra.

  1. Empieza utilizando una horquilla de jardinería para remover suavemente la tierra alrededor de las plantas de cebolla. Ten cuidado de no perforar las cebollas en el proceso. Si la tierra está suelta, quizá puedas levantar los bulbos con la mano.
  2. Una vez que los hayas levantado con cuidado de la tierra, cepilla el exceso de tierra, pero evita lavarlos, ya que el agua puede provocar podredumbre durante el almacenamiento.
  3. No les quites las hojas. Es mejor mantener las puntas intactas hasta que las cebollas estén completamente curadas. Recortarlas antes de tiempo podría dejar al descubierto el cuello de la cebolla, lo que supondría una puerta de entrada para la invasión de bacterias y hongos, que podrían pudrir el bulbo.
  4. Tras la cosecha, coloca las cebollas en una sola capa en un lugar sombreado y bien ventilado durante un par de días. Esto permite que se sequen los restos de tierra y facilita su limpieza antes de guardarlas.

Una advertencia: Las cebollas que hayan florecido no serán ideales para el almacenamiento. Estos bulbos en flor deben colocarse al principio de la cola culinaria y utilizarse rápidamente.

Cómo cosechar cebollas verdes

Las cebollas verdes, también conocidas como cebollas en ramillete, a diferencia de sus homólogas tradicionales, carecen de un bulbo grande y se cosechan jóvenes, por lo que tienen un sabor más suave que añade un toque delicado a varios platos.

Para cosechar cebollas de verdeo, vigila su altura. Cuando los brotes alcancen unos 15 cm de altura, es hora de cosecharlos. Si se retrasa más allá de este punto, la planta podría volverse más dura y difícil de arrancar de la tierra.

Pero, ¿y si has dejado pasar esta oportunidad y tus cebollas de verdeo han echado el cerrojo, produciendo tallos florales? En estos casos, arranca inmediatamente los bulbos de cebolla y piensa utilizarlos poco después de la cosecha. Aunque estas cebollas de floración tardía no se almacenan bien, puedes darles un buen uso en tus aventuras culinarias inmediatas.

Curar cebollas

Al igual que otros alimentos, el curado de las cebollas es un paso fundamental para prepararlas para el almacenamiento a largo plazo.

Durante este proceso, las capas externas de la cebolla se secan y se ajustan alrededor del bulbo, formando una cáscara protectora que ayuda a mantener la frescura y firmeza de la cebolla durante un periodo prolongado.

Por eso, curar bien las cebollas es vital para su longevidad. El objetivo es que las capas exteriores del bulbo se sequen lo suficiente para proteger el interior de la podredumbre y el moho.

Puedes curar las cebollas en el exterior durante el tiempo seco, colocándolas sobre la tierra o cualquier superficie limpia y seca. No hace falta lavarlas: bastará con un simple cepillado de la suciedad suelta.

Sin embargo, ten cuidado de no exponer las cebollas a un calor o humedad excesivos durante este proceso. Unas condiciones suaves, cálidas y secas son ideales para el curado. Si hace sol pero no abrasa, no dudes en dejarlas secar al aire libre.

La exposición excesiva a la humedad o al sol intenso puede provocar la putrefacción o el colapso de las capas.

Si las condiciones exteriores no son gratificantes, traslada las cebollas a un garaje, cobertizo o porche cubierto donde estén protegidas de la humedad. El lugar elegido debe ofrecer condiciones secas y temperaturas inferiores a 85°F durante dos a cuatro semanas.

Asegúrate también de que haya buena circulación de aire y ventilación: abre las puertas y pon ventiladores si es necesario.

Las cebollas están bien curadas cuando la piel exterior se seca lo suficiente como para crujir al manipularla. Los cuellos también deben estar completamente secos; puedes comprobarlo pellizcando el cuello entre el pulgar y el índice; no debe estar resbaladizo por dentro.

Una vez curadas:

  • Dale a tus cebollas un último cepillado para eliminar cualquier resto de suciedad y capas sueltas.
  • Recorta la parte superior unos dos centímetros por encima del bulbo (a menos que pienses trenzarlas para guardarlas), y recorta las raíces.
  • Separa las cebollas dañadas o insuficientemente curadas y úsalas inmediatamente.

Siguiendo estos prácticos pasos, te asegurarás de que tus cebollas estén bien preparadas para un almacenamiento duradero.

Cómo conservar las cebollas durante meses

Una vez que tus cebollas se han curado correctamente, están listas para el almacenamiento.

Aunque las condiciones de almacenamiento ideales para la conservación a largo plazo son 32°F con una humedad relativa del 65 al 70%, conseguir estos parámetros exactos en casa puede resultar difícil. Afortunadamente, las cebollas son indulgentes por naturaleza.

A menudo, basta con almacenar las cebollas curadas en un granero o garaje donde puedan enfriarse en sincronía con la temperatura exterior. Sin embargo, evita los lugares con temperaturas elevadas o expuestos a la luz solar, ya que estas condiciones podrían desencadenar una germinación no deseada.

Tu zona de almacenamiento debe estar bien ventilada. Almacenar las cebollas en bandejas o en cubos abiertos favorece la circulación de aire alrededor de los bulbos y permite controlar fácilmente su estado. Es importante vigilar cualquier cebolla que empiece a deteriorarse o a brotar, para poder retirarla rápidamente.

Otra opción es guardar las cebollas en bolsas de malla, cestas de alambre o cajas, o incluso trenzarlas para colgarlas.

Sea cual sea la opción que elijas, los controles regulares siguen siendo vitales, y cualquier cebolla que muestre signos de podredumbre debe desecharse inmediatamente.

Un último consejo: Evita almacenar cebollas cerca de patatas o manzanas. Estos productos compañeros desprenden altos niveles de gas etileno -una hormona natural de las plantas- que podrían desencadenar la brotación de las cebollas.

Más información: ¿Cuándo cosechar las patatas?

Las mejores variedades de cebolla para almacenar

Cuando se trata de almacenar cebollas, recuerda que la variedad importa. Algunos tipos de cebolla se almacenan mejor que otros debido a su menor contenido en agua y a su piel más gruesa.

Las mejores variedades de cebollas para almacenar son las que tienen un alto contenido en azufre -las que te hacen llorar- y un sabor robusto.

Aunque las variantes de cebollas suaves o dulces pueden ser tentadoras, suelen tener una vida útil más corta, a menudo duran sólo unas semanas.

En cambio, las cebollas amarillas como la Copra, la Stuttgarter Reise o la Patterson son excelentes opciones para el almacenamiento a largo plazo, y suelen durar hasta ocho meses si se curan y almacenan adecuadamente. La Red Wing es también una excelente variedad de cebolla roja conocida por su capacidad de almacenamiento.

Recuerda: Las condiciones locales pueden influir significativamente en el crecimiento de tus cebollas. Por lo tanto, es aconsejable que consultes con la oficina de extensión de tu cooperativa local para determinar qué tipos prosperarán mejor en tu zona.

Conclusión

Hay algo profundamente satisfactorio en meter la mano en la despensa en diciembre y sacar una cebolla que cosechaste en verano. Saber cuándo están listas para la cosecha, cómo curarlas correctamente y cuál es la mejor forma de almacenarlas te garantizará que dispongas de este alimento esencial en la cocina durante todo el año.

Recuerda que la paciencia es primordial cuando se trata de cebollas: desde esperar a que se caiga la parte superior antes de cosecharlas hasta curarlas y almacenarlas adecuadamente. Elige variedades de gran conservación si quieres alargar su vida útil.

Ahora, ¡adelante, y deja que tu huerto (y tu cocina) cosechen los beneficios de unas cebollas cosechadas, curadas y almacenadas con éxito!

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